- CAPITULO 1: Introducción General
- CAPITULO II: Consideraciones Generales y Análisis
- CAPITULO III: Introducción a las Bienaventuranzas
- CAPITULO IV: Bienaventurados los Pobres en Espíritu
- CAPITULO V: Bienaventurados los que Lloran
- CAPITULO VI: Bienaventurados los Mansos
- CAPITULO VII: Justicia y Bienaventuranza
- CAPITULO VIII: Las Piedras de Toque del Apetito Espiritual
- CAPITULO IX: Bienaventurados los Misericordiosos
- CAPITULO X: Bienaventurados los de Limpio Corazón
- CAPITULO XI: Bienaventurados los Pacificadores
- CAPITULO XII: El Cristiano y la Persecución
- CAPITULO XIII: Gozo en la Tribulación
- CAPITULO XIV: La Sal de la Tierra
- CAPITULO XV: La Luz del Mundo
- CAPITULO XVI: Que Vuestra Luz Alumbre
- CAPITULO XVII: Cristo y el Antiguo Testamento
- CAPITULO XVIII: Cristo Cumple la ley de los Profetas
- CAPITULO XIX: Justicia Mayor que la de los Escribas y Fariseos
- CAPITULO XX: La Letra y el Espíritu
- CAPITULO XXI: No Matarás
- CAPITULO XXII: Lo Pecaminosidad Extraordinaria del Pecado
- CAPITULO XXIII: Mortificar el Pecado
- CAPITULO XXIV: Enseñanza de Cristo Acerca del Divorcio
- CAPITULO XXV: El Cristiano y Los Juramentos
- CAPITULO XXVI: Ojo por Ojo y Diente por Diente
- CAPITULO XXVII: La Capa y la Segunda Milla
- CAPITULO XXVIII: Negarse a Sí Mismo y Seguir a Cristo
- CAPITULO XXIX: Amar a los Enemigos
- CAPITULO XXX: ¿Qué Hacéis de Más?
- CAPÍTULO XXXI: Vivir la Vida Justa
- CAPITULO XXXII: Cómo Orar
- CAPITULO XXXIII: Ayuno
- CAPITULO XXXIV: Cuando ores
- CAPÍTULO XXXV: Oración: Adoración
- CAPÍTULO XXXVI: Oración: petición
- CAPITULO XXXVII: Tesoros en la Tierra y en el Cielo
- CAPITULO XXXVIII: Dios o las Riquezas
- CAPITULO XXXIX: La Detestable Esclavitud del Pecado
- CAPITULO XL: No Afanarse
- CAPITULO XLI: Pájaros y Flores
- CAPITULO XLII: Poca Fe
- CAPITULO XLlll: Fe en Aumento
- CAPÍTULO XLIV: Preocupación: Causas y remedio
- CAPITULO XLV: 'No Juzguéis'
- CAPITULO XLVI: La Paja y la Viga
- CAPITULO XLVII: Juicio y Discernimiento Espirituales
- CAPITULO XLVIII: Buscar y hallar
- CAPÍTULO XLIX: La Regla de Oro
- CAPITULO L: La Puerta Estrecha
- CAPITULO LI: El Camino Angosto
- CAPITULO LII: Falsos profetas
- CAPITULO LIII: El Árbol y el Fruto
- CAPITULO LIV: Falsa Paz
- CAPITULO LV: Hipocresía Inconsciente
- CAPITULO LVI: Las Señales del Autoengaño
- CAPITULO LVII: Los dos Hombres y las dos Casas
- CAPITULO LVIII: ¿Roca o Arena?
- CAPITULO LIX: La Prueba y la Crisis de la Fe
- CAPITULO LX: Conclusión